Para lectores y lectoras que no son españoles es preciso, quizás, explicar que Padrón es una localidad de Galicia, cercana a Santiago de Compostela, en la que se cultivan unos pequeños pimientos verdes que tienen una peculiaridad llamativa: unos pican y otros no. Existe un dicho que lo explica de forma sintética y que se aplica a diversas personas, acontecimientos y facetas de la vida: “Como los pimientos de Padrón, que unos pican y otros no”. Si tú vas a un restaurante y pides un plato de pimientos de Padrón, te puedes encontrar de pronto, después de dar cuenta de varios deliciosos pimientos, con uno que te llena de fuego la boca. No es fácil discernir cuáles pican y cuáles no, aunque hay opiniones para todos los gustos.
Acabo de leer un libro titulado “La educación de los hijos como los pimientos de Padrón”. El autor es un maestro nacido en Sigüenza en 1959, creador de la Fundación Internacional O´Belén, cuyo fin es la ayuda y formación de los menores en situación de desamparo social. Ha dedicado su vida profesional a la atención de jóvenes (y sus familias) con graves de problemas de comportamiento. Ha recibido a más de cinco mil jóvenes con graves problemas de comportamiento. Algo sabrá del asunto después de leer durante tanto tiempo en el libro de la vida y en las páginas del corazón humano. (...)
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