Un viaje de trabajo me llevó hace semanas a la maravillosa ciudad de Cartagena de Indias (Colombia). Y en ese incomparable escenario fui testigo de un hecho que quiero compartir con el lector. Era una tarde calurosa cargada de nubes. En la plaza de Simón Bolívar, al pide de la imponente estatua ecuestre del libertador, un grupo de chicos y chicas, ataviados con trajes regionales, bailaban descalzos al ritmo frenético de los tambores. Los danzantes se movían con una agilidad asombrosa. Las parejas de bailarines competían en ritmo y acrobacias. Al finalizar, el típico sombrero de la zona se convertía en plato petitorio. Muchos espectadores agradecían la belleza y el esfuerzo de los artistas con pequeñas donaciones. (...)
sábado, 1 de novembro de 2008
Um belo e claro exemplo de inclusão
A última crónica de Miguel Ángel Santos Guerra versa sobre a inclusão, relatando uma experiência a que assistiu recentemente na Colômbia.
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