A crónica de hoje de Miguel Ángel Santos Guerra versa sobre o Professor, apresentando algumas razões pelas quais merece a pena sê-lo e pelas quais aquele deve ser ajudado e respeitado.
Mañana, día 5 de octubre, se celebra el Día Mundial de los Docentes. En el año 1993, la Internacional de Educación (IE) y la UNESCO tuvieron la feliz idea de dedicar un día a subrayar la importancia que tienen en la sociedad los profesionales que se dedican a la educación en cualquiera de sus niveles. Ya sé que dedicar un día a una conmemoración puede llevar a pensar que en el resto de los días del año, no cabe hacer lo mismo. Yo creo que es bueno llamar la atención sobre el decisivo papel que tienen los docentes y las docentes en la tarea de hacer progresar a las personas y a las sociedades. “La historia de la humanidad es una larga carrera entre la educación y la catástrofe”, decía Herbert Wells.
¿Merece la pena ser profesor hoy? Sí, claro que sí. No digo sólo que merezca la pena que haya profesores y profesoras, sino que merece la pena serlo. Digo que esta tarea, en sí, y hoy especialmente, es admirable, apasionante, decisiva y retadora.Voy a plantear algunas razones por las que merece la pena ser profesor hoy (digo profesor y no maestro para incluir en el término a docentes de todos los niveles, aunque me gusta la palabra maestro) y por las que el profesor debe ser ayudado y respetado. Todas ellas se basan en la valoración de la tarea educativa que realizan.(+)
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